La incertidumbre y la velocidad creciente de los cambios es la nueva normalidad. Y solo las organizaciones que lo acepten como una oportunidad y con una actitud realmente transformadora y positiva, podrán crear valor y afrontar el futuro con garantías. Para ello se requerirá un liderazgo ágil, sólido, eficiente, visionario y sostenible para empoderar a los equipos y organizaciones en su propia estabilidad interna, en la confianza en sus capacidades, en la motivación y el compromiso, y en un claro enfoque a la acción práctica y flexible para avanzar con agilidad hacia un rumbo claro y compartido por todos. Seguir leyendo